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jueves, 1 de junio de 2017

LA IMPORTANCIA DE UNA DIETA SALUDABLE PARA CONTROLAR EL ALZHEIMER

La dieta mediterránea destaca por la presencia de granos enteros, frutas y verduras así como grasas saludables de pescado, nueces y otras semillas o frutos. 

Según se publicaba en 2016 en un Review de la Asociación Americana para la Nutrición, analizando treinta y dos estudios de 25 cohortes únicas, incluyendo 5 ECA y 27 estudios de observación, la mayoría mostraron que la dieta mediterránea se asoció con una mejor función cognitiva, una disminución del riesgo de deterioro cognitivo o disminución del riesgo de la demencia.

Un estudio epidemiológico es un estudio observacional que busca factores comunes que podrían explicar por qué o cómo se produce una enfermedad en un determinado grupo de personas. Los científicos reúnen información sobre que están pasando en la vida cotidiana de las personas participantes en el ensayo para, a continuación, analizar los datos y ver qué comportamientos o factores ambientales están vinculados a una enfermedad u otro resultado. Pues bien, un estudio epidemiológico demostró que las personas que comían una “dieta mediterránea” tenían un 28% menos de riesgo de desarrollar trastornos cognitivos y un 48% menos de riesgo de progresión de estos trastornos cognitivos leves a la enfermedad de Alzheimer. 

Mientras que algunos alimentos pueden retrasar el declive cognitivo, otros alimentos, como las grasas saturadas y los carbohidratos refinados (azúcar blanco, por ejemplo), puede plantear un problema. En otro estudio, los científicos alimentaron ratas una dieta alta en grasas y carbohidratos simples durante 90 días. Los resultados: las ratas alimentadas con esta dieta de alta energía dieron resultados significativamente peores en ciertas pruebas de memoria que las ratas alimentadas con una dieta que contenía un tercio de la grasa. En particular, las ratas obtuvieron malos resultados en las pruebas que implican el hipocampo, una parte del cerebro que juega un papel importante en el aprendizaje y la memoria.

Estos últimos años, algunos científicos han centrado sus estudios en el DHA (ácido docosahexaenoico), un ácido graso omega-3 que se encuentra en salmón y otros pescados. Los estudios en ratones especialmente criados para tener características de la enfermedad de Alzheimer encontraron que el DHA reduce las placas de beta-amiloide, depósitos de proteínas anormales en el cerebro que son un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer. Aunque un ensayo clínico de DHA no mostró ningún impacto en las personas con leve a moderada enfermedad de Alzheimer, es posible que los suplementos de DHA pudieran ser eficaces si se administran antes de que aparezcan los síntomas cognitivos.

Estos resultados son de gran interés y sugieren posibles áreas de estudio en el futuro. El NIA (Instituto Nacional de las Personas mayores del Departamento de Salud de Estados Unidos), está financiando diversos ensayos clínicos para examinar la relación entre los varios componentes de la dieta y la enfermedad de Alzheimer o el deterioro cognitivo. En un estudio que realizó seguimiento a más de 2.000 personas durante cuatro años, los que más seguían una dieta de tipo mediterráneo tenían un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Un estudio posterior sugirió que seguir una dieta de tipo mediterráneo podría ralentizar la conversión del deterioro cognitivo leve en demencia completa.

Los tipos de grasa que predominan en la dieta también parecen afectar la memoria. Como parte de la Iniciativa Nacional para la Salud de la Mujer, 482 mujeres de 60 años o más fueron observadas durante tres años. Informaron sobre sus dietas, y los investigadores probaron su memoria y habilidades de pensamiento al comienzo del estudio y al final. Los que comieron más grasa insaturada (que es abundante en aceites vegetales y pescado graso) y menos grasas saturadas (de carne roja y de productos lácteos de grasa total) tuvieron significativamente menos disminución en la memoria que aquellos que comieron relativamente poca grasa insaturada.

Comer varias porciones de frutas y verduras también ayuda a proteger tu memoria. Los nutrientes de las plantas están repletos de vitaminas, minerales y otras sustancias que pueden proteger contra el deterioro relacionado con la edad en todo el cuerpo y disminuir el riesgo a futuro de padecer problemas de memoria. Así, recientes estudios publicados han demostrado que, por ejemplo, una dieta rica en vegetales, especialmente verduras de hoja verde y crucíferas como el brócoli, se asocia con una reducción de este tipo de deterioros cognitivos. 


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